Cuando nació mi hija tenía muy claro que quería usar pañales de tela. Mi mejor amiga vive en Londres y dice que allí los usan incluso las celebrities, siempre me está hablando de las maravillas de la lactancia materna, los pañales ecológicos, el porteo y todo eso… tanto que yo estaba totalmente convertida a la religión de la crianza natural antes incluso de quedarme embarazada. Sin embargo, aquí en España pensaba que sería una incomprendida, que me señalarían por la calle si me atrevía a utilizar pañales de tela en Valencia. Las otras madres cuchichearían a mi paso, «ahí va la loca de los pañales de tela… dicen que los lava a mano con agua fría en invierno…» Pero no, no soy un bicho raro por ponerle a mi nena pañales de tela en Valencia, de hecho, hay muchas más madres a favor de esta opción, que resulta más beneficiosa para el medio ambiente y menos alergénica para la piel del bebé.
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Dando teta a go-gó
Descubrí que no estaba sola hace bien poco, en el Día de la Lactancia Materna que se celebraba en los jardines de Viveros de Valencia un domingo soleado del pasado octubre. Me enteré por casualidad, mirando la agenda cultural de mi ciudad en busca de algo que hacer con mi pequeña, y decidí acercarme yo también a celebrar el indescriptible acto de amamantar. Un evento al aire libre que se enmarcaba dentro de la Semana Internacional de la Lactancia Materna, que se celebra a nivel mundial, impulsada por la WABA (World Alliance for Breastfeeding Action).
Cuando llegué me invadió el entusiasmo de compartir una forma de vivir y dar vida con tantas mujeres desconocidas. Allí estaban todas, cargando a sus bebés en toda clase de fulares, mei-tais, bandoleras, mochilas ergonómicas y otras maravllas del porteo; dando de mamar o cambiando pañales en el césped del parque. Para mi sorpresa, abundaban más los pañales de tela que los pañales convencionales y repito que estamos en Valencia, no en Londres. Pañales de tela con estampados divertidos para que los peques los luzcan en verano, como unos con manchas de vaca que compré hace poco online y que vi allí mismo en el stand de la asociación Amamanta. Porque una de las cosas que más me gustó de este evento fueron los stands de las asociaciones a favor de la lactancia y la crianza natural, donde voluntarias te asesoraban sobre pañales de tela y dónde comprarlos en Valencia, formas de porteo más beneficiosas, talleres de lactancia en centros de salud de Valencia, formas más naturales de dar a luz e incluso consejos para el destete. Toda una celebración de la maternidad y una demostración de que somos muchas las que abogamos por criar a nuestros hijos en un entorno más natural y respetuoso con el medio ambiente, en el que los pañales de tela juegan un papel fundamental.
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Porqué uso pañales de tela
- Son buenos para la piel del bebé cuando está irritada
- Tienen un bajo impacto ambiental. Para que os hagáis una idea, desde que nace un niño hasta que deja de usar pañales, puede llegar a generar 2.700 kg. de desechos no biodegradables.
- Se necesitan 5 árboles por cada niño que usa pañales convencionales y casi diez veces más agua que si utilizara pañales de tela.
Cuidar a los niños «como antes»
Como dice la portada del libro de Carlos González Bésame Mucho, uno de los mejores libros que recomiendo a todas las madres primerizas, hay que aprender a cuidar a los niños «como antes». Y no se trata de una vuelta a la época de la postguerra, sino de retomar aquellos valores de la crianza que fomentaban la relación afectiva madre-hijo, sin el uso de prácticas desnaturalizantes como algunos métodos para dormir a los niños u obligarles a comer. Dentro de esta corriente es donde yo enmarcaría los pañales de tela como una evolución de aquellos «picos» que usaban nuestras madres y abuelas. Porque como decía bromeando al principio de este post, no pretendo lavar mis pañales de tela a mano con agua fría en el lavadero de la plaza, que para eso tenemos lavadoras. Hoy en día existen distintos tipos de pañales de tela con sistemas que hacen más práctico el lavado y la reutilización. Así que lo confieso: soy una integrista de la crianza natural, ¡pero no estoy sola!
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