Tengo una amiga muy cocinera por afición, que el otro día me recomendó una web donde encontrar los más curiosos «cachibaches» y accesorios relacionados con la comida, la cocina y el buen comer: Williams-Sonoma. Entré más por curiosidad que por devoción; yo a los fogones no les dedico más de 20′ al día, a veces menos.
Al tema que vamos: nada más entrar en Williams-Sonoma me encuentro con un banner de Regalos de San Valentín. Me entra un poco de agobio (aún no me he quitado la Navidad de encima) y sin embargo, ¡me hace ilusión!. Me pongo a investigar un poco más por la red y me asombra la cantidad de propuestas que me encuentro. Los regalos tradicionales han dado paso a Experiencias: mandarle un desayuno al trabajo, que reciba en su casa un regalo envuelto y dedicado (ésta me encanta, ya no tengo que pelearme con el papel de regalo, el celo y los pliegues)…
Y por supuesto, triunfan las experiencias para dos: PlanB, SmartBox,… Oye, ya que me gasto la pasta, que lo disfrutemos los dos. Escapadas románticas, temáticas o de relax. Y para los menos previsores, cógete la oferta del día en alguna web de Live Shopping, que ya anuncian de todo lo que puedas imaginar. La red se ha convertido en el escaparate ideal para comprar regalos. Se acabó patear las calles, ahora entre buscadores y comparativas vas más al grano y te cunde más.