Uniformes escolares sí o no. La polémica está servida

¿Estás a favor o en contra de los uniformes escolares? Desde que tengo hijos, hay una serie de polémicas que se repiten a lo largo de la vida de los pequeños. Y, por supuesto, se discuten acaloradamente en los grupos de WhatsApp de padres. Uno de ellos es si los colegios públicos deberían exigir a sus alumnos vestir uniformes escolares como los concertados. O no. O qué sé yo…

«¿Por qué vais vestidos igual?»

Estas Fallas hemos huido de Valencia para hacerles una visita a mis hermanos, que residen en otra ciudad y ese mismo día, a las 8 de la mañana, tras el desayuno, mi hija de cinco años se quedó mirando inquisitivamente a sus primos, de 10 y 11, que, vestidos con sus uniformes escolares, se disponían a coger la mochila y salir de casa. Los dos, con su polo blanco, su pantalón de pinzas gris y sus zapatos de colegial, plantados delante de la puerta, parecían gemelos. «¿Por qué vais vestidos igual?» preguntó inocentemente mi hija. Ellos se miraron extrañados y contestaron: «porque llevamos uniforme».

Efectivamente, los uniformes escolares eran para mi hija un gran desconocido. Ella va a un colegio público sin uniforme, y al parecer nunca lo había visto (o nunca se había fijado cuando ve a niñas con falda de cuadros por la calle). Desde entonces, tiene un radar para los uniformes escolares, y va mirando a todos los niños que ve diciendo «mira, uniforme», señalándolos como un alienígena de La Invasión de los Ultracuerpos.

ventajas de los uniformes escolares, sí, son muchas

Como os decía, el vestir o no uniformes escolares es una polémica entre padres tan antigua como los deberes o la jornada lectiva intensiva. Incendia las redes y tiene múltiples interpretaciones. Por eso voy a intentar desgranar las ventajas reales de los uniformes escolares, tanto para padres como para hijos, ya que además, se trata de uniformes personalizados, con el objetivo de generar una imagen buena y reconocible del centro.

1. Con los uniformes escolares se ahorra dinero. Y más si tienes varios hijos. El uniforme se lava y relava, están confeccionados con telas que resistirían a una guerra nuclear y se pueden heredar de un hermano a otro. Si tienes dos mudas de pantalón o falda, dos o tres jerseys y un polo para cada día de la semana (no exagero, ¡para cada día!), tienes el año solucionado.
2. Se ahorra también tiempo. Ya que no tienes que lavar tantas prendas como si visten ropa de calle, porque las básicas no se lavan a diario, ¡están hechas para aguantar!
3. Se fomenta la igualdad de clases y se evita la competitividad. Los niños compiten por naturaleza: «mis zapatillas son mejores que las tuyas…», «mami quiero una camiseta de lentejuelas que cambian como la de fulanita…» Con los uniformes escolares todos somos iguales. Bueno, falta alcanzar la igualdad de género, ya que aún se visten diferentes los niños de las niñas, pero todo se andará.
4. Se fomenta el consumo sostenible. Igual que son competitivos, los niños son consumistas. Y los padres, más. Si tu hijo/a lleva la misma ropa de lunes a viernes, ¿para qué vas a comprarle miles de cosas que solo usa el fin de semana? Con un uniforme de colegio practicamos todos la contención.

Conclusión, 150 años después de la invención de los uniformes escolares en Reino Unido y Francia, su uso sigue siendo un tema de debate. En los colegios concertados y privados es algo completamente aceptado y extendido, y ahora se habla cada vez más de introducirlo en el ámbito de la escolaridad pública. Y vosotros, ¿lo veis útil?